ISSN: 2155-9554
Peter D. Drummond, Daphne Su
Objetivo: se cree que el estrés psicológico exacerba los síntomas de la rosácea. Sin embargo, esta opinión se basa en gran medida en encuestas transversales e informes clínicos retrospectivos. Por lo tanto, el objetivo de este estudio fue determinar prospectivamente si el estrés psicológico precede a los aumentos en la severidad de los síntomas en pacientes con rosácea.
Método: Doce mujeres y cuatro hombres de entre 35 y 70 años que habían sido diagnosticados con rosácea por un médico general o dermatólogo completaron una lista de verificación de síntomas de rosácea y calificaron el estrés psicológico diariamente hasta por dos meses (media ± SD, 59 ± 14 días). Cada día, registraron la presencia de pápulas y pústulas y calificaron la intensidad promedio del enrojecimiento facial, escozor o ardor y estrés psicológico entre 0 (“ninguno”) y 10 (“extremo” ).
Resultados: En 12 de los 16 pacientes, los niveles más altos de estrés se asociaron con síntomas más graves. Esta asociación fue similar en verano e invierno, y en pacientes medicados y no medicados. En el grupo como un todo, las calificaciones de estrés aumentaron el día antes de que aumentara el rubor facial y se mantuvieron altas cuando los síntomas eran graves. Además, las calificaciones de estrés fueron más altas cuando el escozor era intenso que cuando el escozor era leve.
Conclusión: Estos hallazgos respaldan la opinión de que el estrés psicológico exacerba los síntomas de la rosácea. Se requieren más estudios para determinar si un aumento del flujo sanguíneo cutáneo asociado con el enrojecimiento relacionado con el estrés agrava la inflamación en los vasos faciales vulnerables, o si las hormonas del estrés, como el factor liberador de corticotropina, activan los mastocitos cutáneos que, a su vez, liberan sustancias vasoactivas y proinflamatorias. mediadores en la piel. La inflamación neurogénica (caracterizada por un dolor punzante) podría intensificar aún más el proceso inflamatorio cuando los síntomas son graves, de modo que los síntomas y la angustia aumentan en un círculo vicioso. Si es así, los tratamientos psicológicos, como la terapia cognitivo-conductual, no solo podrían ayudar a aliviar la angustia relacionada con los síntomas, sino que también podrían disminuir la frecuencia o la intensidad de los brotes de rosácea.