Diario de Enfermería de Cuidados Intensivos Perioperatorios y Críticos

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Acceso abierto

ISSN: 2471-9870

abstracto

Implementación de un nuevo protocolo de retención urinaria posoperatoria utilizando la capacidad vesical máxima individual como umbral para el volumen vesical máximo: un estudio clínico observacional

Brouwer TA, Weiland S, van Roon EN, Kalkman CJ, Veeger N

Antecedentes: En tres hospitales de diferentes tamaños investigamos la viabilidad de implementar un nuevo protocolo de retención urinaria postoperatoria (POUR). Utilizamos la capacidad vesical máxima (CMM) individual como umbral para el cateterismo vesical, en lugar de un límite de volumen vesical fijo de 500 ml. Se afirmó que la implementación fue exitosa cuando más del 80 % de los pacientes elegibles y participantes fueron tratados siguiendo este protocolo.

Método: Se incluyeron pacientes de cirugía general si tenían entre 18 y 60 años y fueron operados con anestesia raquídea o general sin sonda vesical permanente. Los pacientes que dieron su consentimiento midieron su capacidad vesical máxima en casa, que se registró en la Historia Clínica Electrónica. Después de la operación, los pacientes debían ser tratados de acuerdo con el nuevo protocolo POUR. El personal de enfermería fue informado mediante sesiones de información personal, lecciones clásicas y correo electrónico.

Resultados: De los 338 pacientes elegibles, 210 dieron su consentimiento informado. En la Unidad de Cuidados Postanestésicos 170 pacientes habían medido y registrado su capacidad vesical máxima. Finalmente, 114 pacientes siguieron el nuevo protocolo POUR (67%). El resultado primario en el hospital más grande fue del 100 %, para el hospital mediano fue del 60 % y para el hospital más pequeño fue del 58 %.

Conclusión: La implementación fue exitosa para el hospital más grande (>80 %), pero no en los otros dos hospitales. Para implementar con éxito un nuevo protocolo POUR, se deben abordar muchas barreras. Las barreras más importantes fueron (1) lograr el compromiso de los pacientes quirúrgicos que no conocen POUR, y (2) lograr el compromiso de todos los proveedores de salud involucrados para cumplir con un protocolo de retención urinaria posoperatoria. Los anestesiólogos, cirujanos y enfermeras deben ser conscientes de su papel en la prevención de la RPO y de cómo sus acciones pueden influir en la calidad de la atención de sus pacientes.

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