ISSN: 2167-1044
Sabrina Williamson, Laura Packel, Lauren Hunter, Shelleyn Facente, Mariah De Zuzuarregui, Yi Li, Maya Peterson, Arthur Reingold
Objetivos: Evaluar indicadores y predictores de salud mental basales y longitudinales entre estudiantes universitarios participantes de COVID-19 Safe Campus Initiative (CSCI), un estudio de cohorte prospectivo del verano de 2020. Nosotros planteó la hipótesis de que habría un cambio longitudinal en la salud mental en el transcurso del estudio y para sospechas predictores asociados con estos cambios.
Métodos: Se administró una encuesta a estudiantes universitarios que vivían cerca del campus al inicio y al final para evaluar indicadores de salud mental (ansiedad y depresión) y predictores. Análisis de regresión logística univariados se completaron para encontrar asociaciones longitudinales y de referencia entre el estado de salud mental y los predictores.
Resultados: 2409 estudiantes completaron las encuestas de referencia, incluidos 782 estudiantes de pregrado (32,5 %) y 1121 estudiantes de posgrado (46,5%). Participantes con preocupación percibida sobre la estabilidad económica o de vivienda, la vida solo, o la inseguridad alimentaria tenían una mayor probabilidad de ansiedad y depresión al inicio del estudio. Participantes que tenían una gran preocupación de tensión económica o estabilidad de vivienda, vivían en viviendas del campus o experimentaban inseguridad alimentaria tenían mayores probabilidades de incidente de ansiedad o depresión.
Conclusión: las universidades pueden marcar una diferencia en la salud mental de los estudiantes al proporcionar más asistencia que mitiga la inseguridad alimentaria, alivia la tensión económica y apoya la estabilidad de la vivienda. Las universidades deberían evaluar con frecuencia la salud mental de los estudiantes, investigar predictores exclusivos de su campus y apuntar a variables que los funcionarios universitarios pueden influir de manera efectiva.