ISSN: 2332-0761
Asante W y Asare EB
Aunque no es una forma perfecta de elegir líderes, las elecciones tienden a ser primarias e indispensables en una democracia. La importancia y el reconocimiento que se otorgan a las elecciones incluso presionan a los regímenes autoritarios para que celebren algún tipo de elecciones. A pesar de su aceptación en todo el mundo, la mayoría de las elecciones han resultado ser la causa fundamental de la recaída en los avances de algunas sociedades emergentes hacia la democratización. Este suele ser el caso porque los excesos de esta actividad de votación no se manejaron de manera profesional y con el mayor cuidado necesario. Las elecciones de 2012 en Ghana se enfrentaron a desacuerdos postelectorales similares entre los principales partidos contendientes. El ambiente reveló que las tensiones eran altas y los partidarios de ambos lados estaban al borde de la explosión, esperando la leve provocación. Sin embargo, el problema notable en el caso de Ghana fue que las partes en conflicto decidieron someterse a los procedimientos establecidos al cumplir con las Disposiciones Constitucionales con respecto a las peticiones electorales en el país. De hecho, todos los ojos estaban puestos en Ghana para salir limpio de este atolladero postelectoral. Usando fuentes documentales, observaciones y entrevistas de élite, la pregunta principal que este documento busca abordar es por qué la petición de elección presidencial de Ghana de 2012 y sus consecuencias pueden considerarse como un gran paso en la marcha del país hacia la consolidación democrática.