ISSN: 2155-6148
Marta Carvalho, Pedro Godinho, Andreia Moura, Carla Silva, Isabel Tourais, Margarida Marques y Humberto S Machado
Introducción: La ventilación con bolsa-mascarilla se considera un método de ventilación seguro y efectivo. A pesar de la alta frecuencia de distensión gástrica, se reportan pocos casos de ruptura gástrica en la literatura. Caso clínico: Mujer bombero de 50 años, ASA 2, que ingresó en la Unidad de Quemados por quemaduras de 2º/3º grado (34% de la superficie corporal). A los 22 días de ingreso se realizó balneoterapia, bajo sedoanalgesia y en ventilación espontánea. Durante el procedimiento se notó desaturación (SpO2 65%) y movimientos abdominales respiratorios paradójicos. Inmediatamente se requerían presiones muy altas para la ventilación con bolsa-mascarilla y la bolsa era difícil de comprimir. Se evidenció un notable aumento del perímetro abdominal, lo que llevó al compromiso de la circulación de los miembros inferiores. El paciente fue intubado y se inició una infusión de noradrenalina debido a una marcada hipotensión, que no responde a los líquidos. Los estudios de imagen revelaron una atelectasia pulmonar izquierda y un neumoperitoneo masivo. La laparotomía exploradora emergente demostró una laceración gástrica en un área de mucosa isquémica, que fue corregida. El paciente fue extubado el primer día postoperatorio, sin mayores complicaciones. Conclusión: Aunque la ventilación con bolsa-mascarilla es una práctica de rutina, se asocia a varias complicaciones. La rotura gástrica es una complicación extremadamente rara de esta técnica. La mayor incidencia de úlceras en espiral en pacientes quemados puede haber contribuido a la ruptura gástrica y este caso destaca la necesidad de considerar esta complicación potencialmente letal.