ISSN: 2157-7048
Hussein K. Abdel-Aal
Este documento presenta un enfoque novedoso para el desarrollo del desierto, tomando a los países árabes como modelo en nuestro estudio. Se proponen soluciones para aprovechar al máximo el sol para convertir nuestro desierto en tierra útil y cultivable. Los recursos de agua salada del mar o los rechazos de las plantas desaladoras (salmueras) se procesan químicamente para producir agua parcialmente desalada junto con productos químicos valiosos. El hidrógeno solar es una piedra angular en nuestro sistema para producir amoníaco, que tiene funciones duales en el esquema. El amoníaco representa una fuente de nitrógeno para las plantas. Se utiliza junto con el dióxido de carbono en el proceso de separación química del agua salina.
Para los países árabes con un flujo de intensidad solar promedio = 700 Watt/m2, un promedio de 3000 horas de sol al año y solo el 1% del área total de tierra para la generación de energía solar, es factible producir el equivalente de 184 × 106 toneladas de hidrógeno al año por electrólisis del agua. La síntesis de gas amoníaco se lleva a cabo utilizando hidrógeno solar y nitrógeno atmosférico.
Los hallazgos experimentales son informados por el autor y sus colaboradores. La separación de salmuera (de fuentes terrestres o del mar) se llevó a cabo en un borboteador de gas utilizando un proceso Solvay modificado para estudiar la conversión de cloruro de sodio en productos químicos (a saber, carbonato de sodio y cloruro de amonio). La mayor conversión alcanzada de cloruro de sodio fue del 82,2%, y el resto es agua parcialmente desalada. El cloruro de magnesio se obtiene como subproducto. Se ilustra esquemáticamente el papel del hidrógeno como vector junto con la energía solar para el desarrollo del desierto.