ISSN: 2332-0915
Serge Svizzero
Aunque el comportamiento humano de búsqueda de alimento, es decir, el método utilizado para obtener alimentos de la naturaleza, es el criterio económico generalmente utilizado en la literatura académica para definir al cazador -sociedades recolectoras, no se restringe ni a estas sociedades ni a este fin. Consiste en la extracción de recursos naturales mediante diversas técnicas, como la caza, la pesca y la recolección. Se aplica a una amplia gama de recursos silvestres – acuáticos y terrestres, plantas, animales y minerales – aunque en algunos casos podría limitarse solo a algunos de estos recursos como los productos forestales no maderables (PFNM). El objetivo de este artículo es demostrar que, si bien la búsqueda de alimento es un comportamiento humano omnipresente, sus objetivos evolucionan con el paso del tiempo. Más precisamente, estos objetivos que existen hoy han estado presentes de alguna forma en el pasado, solo que su importancia y énfasis han cambiado con el tiempo y con los contextos histórico, sociológico y ecológico. Si bien la subsistencia parece naturalmente la motivación más obvia del comportamiento de búsqueda de alimento humano, este último también ocurre en varios contextos, como en las economías mixtas. Además, otros objetivos – diferente al biológico – también existen. De hecho, buscar comida puede ser un medio para obtener un – primario o secundario – fuente de ingresos proporcionada a través del comercio de productos silvestres recolectados. Los objetivos socioculturales también pueden motivar el comportamiento de búsqueda de alimento humano. Están relacionados con la cultura y el patrimonio, los valores recreativos o con la conservación del medio ambiente y la sostenibilidad, siendo este último ejemplificado, por ejemplo, por el reciente movimiento de recolectores urbanos.