ISSN: 2155-9880
Andrei Gurau1, Frank Bosmans3, Andreas Barth2, Malcolm V. Brock1, Jinny S. Ha1*
La denervación simpática cardíaca quirúrgica (CSD) ha ganado terreno como una terapia neuromoduladora prometedora para las taquiarritmias ventriculares refractarias (RVT), en particular en pacientes con canalopatías y miocardiopatías isquémicas (ICM) y no isquémicas (NICM) que son refractarias al tratamiento convencional. Esta mini revisión examina el papel fisiopatológico del sistema nervioso simpático en la RVT y evalúa la eficacia de la CSD bilateral (BCSD) a través de una revisión de la literatura. Las perspectivas históricas han rastreado la evolución de la CSD desde su uso inicial en la angina intratable hasta su aplicación actual en arritmias ventriculares. La BCSD se asocia con mejores resultados para las arritmias ventriculares refractarias, con estudios que demuestran aproximadamente un 60% de reducciones en las descargas del desfibrilador cardioversor implantable y más del 50% de supervivencia libre de descargas y trasplante al año después de la BCSD. En particular, las pautas AHA/ACC/HRS de 2017 recomiendan la CSD izquierda (LCSD) para ciertas etiologías de TVR, incluido el síndrome de QT largo congénito, la taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica (CPVT) y la tormenta TV/FV. Se realizan BCSD tanto con cirugía toracoscópica asistida por video (VATS) como con cirugía toracoscópica asistida por robot (RATS), con tiempos operatorios más cortos para RATS. Sin embargo, la mayoría de los estudios de CSD de TVR tienen un tamaño de muestra pequeño; por lo tanto, las complicaciones pueden estar subnotificadas porque los estudios no tienen la potencia suficiente. Aunque la BCSD tiene resultados informados superiores con respecto a la CSD izquierda, puede haber factores de confusión debido a la selección de pacientes más sanos para la BCSD. Se necesitan datos comparativos adicionales de efectividad y costo-efectividad para guiar la práctica clínica. En conclusión, la BCSD puede restaurar la calidad de vida de los pacientes con TVR gravemente impactada; Sin embargo, los beneficios deben sopesarse frente a los riesgos relacionados con el procedimiento, y más investigaciones deberían aclarar el impacto sobre la morbilidad y la mortalidad a largo plazo.