ISSN: 2155-6148
Jonathan C Koning, Emmanuel G Gage, Mazin Sarhan, Daniel Gaudin, Ronald McGinnis y Joseph N Atallah
Se ha demostrado que los trastornos del estado de ánimo influyen en la eficacia de las modalidades de tratamiento intervencionista para el dolor crónico. Asimismo, se ha demostrado que los estimuladores de la médula espinal y de los nervios periféricos mejoran las puntuaciones de depresión en pacientes con dolor crónico cuando se trata el dolor de manera eficaz. Sin embargo, hasta donde sabemos, aún no se ha descrito un caso de estimulación nerviosa periférica que empeore la depresión de un paciente.
Presentamos el caso de una mujer de 62 años con trastorno bipolar preexistente y neuralgia occipital izquierda remitida para tratamiento intervencionista. El bloqueo del nervio occipital mayor y la neurotomía por radiofrecuencia del nervio occipital mayor no proporcionaron su efecto duradero. Luego se implantó un estimulador de nervio periférico sobre los nervios occipitales mayor y menor. El alivio del dolor estuvo cerca del 100% durante cuatro meses. Durante este tiempo, el paciente mostró una mayor variabilidad del estado de ánimo y empeoramiento de los episodios depresivos, así como alucinaciones auditivas y visuales. La profundización de la depresión resultó en el ingreso al hospital por ideación suicida, a pesar de múltiples ajustes a los medicamentos psiquiátricos. Después de diez meses de empeoramiento de la depresión y varios ajustes en la configuración del estimulador, se desactivó el estimulador. Dos semanas después de la desactivación, sin cambios en su régimen de medicación, las puntuaciones del estado de ánimo subjetivo habían aumentado drásticamente con menos episodios de ideación suicida. Tres meses después de la desactivación, la clasificación subjetiva de la concentración, el apetito y el estado de ánimo se había estabilizado en niveles mucho más altos. El estimulador fue finalmente explantado.
Se ha demostrado que la estimulación de los nervios periféricos trata eficazmente muchos síndromes de dolor neuropático. Este caso sugiere una relación causal entre la implantación del estimulador y las alteraciones del estado de ánimo. Postulamos que la exacerbación de la depresión de este paciente puede deberse en parte al control eficaz del dolor. El dolor neuropático que experimentó anteriormente puede haber actuado como un distractor que, cuando se eliminó, le permitió concentrarse más intensamente en su depresión. En conclusión, la estimulación de los nervios periféricos puede afectar negativamente la variabilidad del estado de ánimo en un subconjunto específico de pacientes.