ISSN: 2155-9880
Giovanni Cimmino, Francesco S Loffredo, Giulia Arena y Paolo Golino
Los niveles plasmáticos elevados de lipoproteínas de baja densidad (LDL) representan uno de los principales factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, como lo demuestran muchos estudios epidemiológicos. Por otro lado, los ensayos aleatorizados diseñados para abordar el impacto clínico de las intervenciones hipolipemiantes han demostrado claramente que la reducción de los niveles plasmáticos de LDL conduce a una disminución significativa de los eventos cardiovasculares mayores. Sobre la base de estas observaciones, la modulación farmacológica de las LDL se ha investigado mucho. Las estatinas, solas o en combinación, representan los agentes más potentes disponibles hasta la fecha para alcanzar los niveles de LDL sugeridos por las directrices actuales. Sin embargo, en algunos pacientes es difícil lograr la reducción de LDL recomendada debido a antecedentes genéticos (hipercolesterolemia familiar), efectos secundarios (intolerancia a las estatinas) o simplemente por una respuesta insuficiente. En los últimos años, nuestra comprensión de los mecanismos básicos involucrados en el metabolismo de las lipoproteínas ha progresado significativamente. Ha surgido el papel crucial de la proproteína convertasa subtilisina/kexina tipo 9 (PCSK9). La principal función caracterizada de PCSK9 se relaciona con la unión a los receptores LDL-C (LDLR) en los hepatocitos. Sin embargo, PCSK9 no interfiere en la unión entre las LDL y su propio receptor, sino en la capacidad de estas últimas de volver a la superficie del hepatocito y unirse a nuevas moléculas de LDL. Según estas observaciones, el bloqueo de PCSK-9 puede reducir la eliminación de LDLR, lo que aumenta la capacidad de LDLR para eliminar las LDL circulantes. La inhibición farmacológica de esta proteína se ha propuesto como un nuevo enfoque terapéutico. La evidencia clínica disponible hasta la fecha parece apoyar plenamente esta hipótesis.