ISSN: 2168-9296
Ian C.G. Tejedor
La adaptación a los cambios ambientales se basa en la generación perpetua de nuevos fenotipos. La biología moderna se ha centrado en el papel de los mecanismos epigenéticos para facilitar la adaptación de los organismos a entornos cambiantes a través de alteraciones en la expresión génica. Los factores epigenéticos heredados y/o adquiridos son relativamente estables y tienen funciones reguladoras en numerosas actividades genómicas que se traducen en resultados fenotípicos. La evidencia de que las intervenciones dietéticas y farmacológicas tienen el potencial de revertir la modificación inducida por el medio ambiente de los estados epigenéticos (por ejemplo, experiencia de vida temprana, nutrición, medicación, infección, etc.) ha proporcionado un estímulo adicional para comprender la base biológica de las diferencias individuales en las capacidades cognitivas y trastornos del cerebro. Se ha sugerido que la cuantificación precisa de la contribución relativa de la variación genética y epigenética hereditaria es esencial para comprender la divergencia fenotípica y la adaptación en entornos cambiantes, un proceso que requiere una modulación estable de la expresión génica. El principal desafío para la epigenética en psicología y psiquiatría es determinar cómo las experiencias y las señales ambientales influyen en la expresión de los genes neuronales para producir diferencias individuales a largo plazo en el comportamiento, la cognición, la personalidad y la salud mental. Con este fin, centrarse en las modificaciones del ADN y las histonas y sus iniciadores, mediadores y lectores puede proporcionar nuevos avances para comprender la plasticidad fenotípica y los trastornos del cerebro. En esta revisión, examinamos los desarrollos recientes que revelan los aspectos epigenéticos de las enfermedades mentales, así como también revisamos algunos de los desafíos de los enfoques actuales y algunas direcciones futuras en el campo de la epigenética conductual.