ISSN: 2165-7548
Veronica Tucci, Nidal Moukaddam, Nilang Patel, Larry Laufman, Asim Shah y W. Frank Peacock
Antecedentes: Existe una fuerte asociación entre la enfermedad mental y la mala salud física. Sin embargo, la investigación indica que el estándar de los exámenes físicos realizados en pacientes con enfermedades psiquiátricas es subóptimo, por debajo de las evaluaciones recomendadas/esperadas.
Objetivo: Este estudio tuvo como objetivo evaluar la integridad de los exámenes neurológicos y psiquiátricos realizados por los médicos de emergencia en un centro de trauma de nivel 1 con un centro de emergencia psiquiátrica dedicado.
Métodos: Se realizó una revisión retrospectiva de las historias clínicas de 50 pacientes psiquiátricos de emergencia consecutivos. Cada uno de los 50 pacientes había sido “autorizado médicamente” y considerado estable para ser transferido a psiquiatría para pacientes internados.
Resultados: Los exámenes neurológicos y psiquiátricos documentados fueron generalmente deficientes. El estado de ánimo y el afecto se documentaron en menos del 50% de los casos. La tendencia suicida se documentó en menos de 1/3 de los pacientes que presentaron una queja principal de ideación suicida. Solo un paciente tenía un mini-examen del estado mental documentado. El 16% de los pacientes no tenían documentado su estado de orientación. Más de la mitad no se sometió a un examen de los nervios craneales. A menos del 25% se les evaluó la marcha o los reflejos. Al 28 % de los pacientes se les realizó una prueba de fuerza y al 12 % se le realizó un examen sensorial.
Conclusiones: La mayoría de los pacientes psiquiátricos no están recibiendo un examen físico neuropsiquiátrico completo por parte de los proveedores de emergencia, un hallazgo alarmante que merece un mayor escrutinio. Se necesita investigación adicional para determinar qué componentes del examen neurológico y psiquiátrico son los de mayor rendimiento y tendrían el mayor impacto en los resultados y la disposición de la atención del paciente. También se debe llegar a un consenso interdisciplinario sobre lo que constituye un examen adecuado para pacientes con presentaciones neuropsiquiátricas de diversa gravedad (p. ej., ideación suicida, estado mental alterado, psicosis franca).