ISSN: 2169-0111
Arvind Chhabra
La inmunidad de las células T es fundamental para la protección contra los agentes infecciosos y el cáncer. La respuesta inmune de las células T es un proceso bien orquestado que involucra tres componentes clave. Los linfocitos T CD8+ que albergan maquinaria citolítica y pueden atacar y destruir las células tumorales de una manera específica de antígeno, los linfocitos T CD4+ que pueden "ayudar" o "ayudar". la generación de un linfocito T CD8+ productivo o “regular/suprimir” y las Células Presentadoras de Antígenos (APC) que pueden procesar eficientemente los antígenos y presentarlos a las células T efectoras en pequeños fragmentos, denominados epítopos antigénicos. La especificidad y eficacia de la respuesta inmune de las células T es evidente por el notable éxito de las vacunas contra los agentes infecciosos. Sin embargo, los intentos de desarrollar enfoques similares contra el cáncer no han tenido un éxito similar. La razón principal de esto es el hecho de que la mayoría de los cánceres humanos surgen desde dentro y el repertorio inmunitario autorreactivo se elimina durante el proceso de desarrollo para prevenir la autoinmunidad.