Avances en la Investigación Pediátrica

Avances en la Investigación Pediátrica
Acceso abierto

ISSN: 2385-4529

abstracto

La densidad energética y la frecuencia de alimentación de los alimentos complementarios afectan consumo de alimentos específicos de la comida y duración de la comida por parte de personas sanas amamantadas Niños de Bangladesh

M. Munirul Islam, Tahmeed Ahmed, Janet M. Peerson, M. Abid Hossain Mollah, Makhduma Khatun, Kathryn G. Dewey, Kenneth H. Brown

Antecedentes: La alimentación adecuada de los bebés y niños pequeños es necesaria para prevenir el retraso del crecimiento y optimizar la salud durante los primeros dos años de vida. Hay poca información sobre los efectos de la densidad energética de la dieta y la frecuencia de alimentación de los alimentos complementarios en el consumo de alimentos durante las comidas individuales y la cantidad de tiempo que el cuidador dedica a la alimentación del niño. Métodos: durante nueve períodos dietéticos separados, ordenados al azar, que duraron de 3 a 6 días cada uno, medimos la ingesta autodeterminada de papillas de cereales semisólidos en 18 niños sanos amamantados de 8 a 11 meses de edad. Los lactantes fueron alimentados con papillas codificadas con densidades energéticas de 0,5, 1,0 o 1,5 kcal/g, durante tres, cuatro o cinco comidas al día. La ingesta de alimentos complementarios se midió pesando el comedero antes y después de cada comida. Resultados: Los niños consumieron mayores cantidades de alimentos complementarios por comida cuando recibieron dietas con menor densidad energética y menos comidas al día. Se gastó más tiempo por comida cuando se ofrecieron menos comidas. El tiempo empleado por comida no varió con la densidad energética de la dieta, pero los niños comieron más y más rápido con las dietas de menor densidad energética. Conclusiones: Concluimos que la densidad energética y la frecuencia de alimentación de los alimentos complementarios afectan la ingesta de alimentos específica de la comida. La frecuencia de las comidas también influye en la duración de las comidas individuales, pero la densidad energética no. Estos resultados brindan más evidencia de la capacidad de los niños pequeños para regular su ingesta de energía, incluso durante la infancia, y transmiten información sobre los factores que afectan la cantidad de tiempo que los cuidadores deben dedicar a la alimentación del niño.

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