ISSN: 2155-9880
Waleed Ibraheem, Mohamed E Elsaid y Osama A Abbas
Antecedentes: Los informes anteriores indicaron que los pacientes que se sometieron a una cirugía CABG después de una colocación previa de stent tenían una mayor incidencia de muerte prematura y eventos cardíacos adversos mayores.
Objetivo del trabajo: En nuestro estudio, intentamos evaluar los efectos de la ICP previa sobre la función miocárdica estimada por ecocardiografía. Dado que la mejora de las funciones miocárdicas es un argumento necesario para someterse a una revascularización, es fundamental concluir preoperatoriamente todos los factores de riesgo que pueden dificultar esta mejora. Al realizar dicha evaluación, tratamos de concluir si es necesario incluir la colocación previa de stent en la arteria coronaria como parte del EUROSCORE para la evaluación del riesgo antes de la cirugía de derivación de la arteria coronaria si realmente tuvo un impacto negativo en la función miocárdica posoperatoria después de la cirugía de revascularización CABG.< br />Pacientes y métodos: Tras la aprobación del comité ético de la Universidad Ain Shams, se realizó un estudio prospectivo comparativo aleatorizado en una cohorte de 100 pacientes consecutivos que se sometieron a CABG en el período comprendido entre enero de 2015 y diciembre de 2017 en Hospitales Universitarios Ain Shams, El Cairo, Egipto. Los pacientes fueron asignados aleatoriamente a los grupos de acuerdo con los criterios de inclusión y exclusión especificados. Los pacientes se dividieron en dos grupos, GRUPO I (número = 50) pacientes que se sometieron a CABG sin colocación previa de stent en la arteria descendente anterior izquierda, y GRUPO II (número = 50) pacientes que se sometieron a CABG con colocación previa de stent único o múltiple en LAD. Se utilizó ECO CON TINCIÓN 2D (seguimiento de manchas) para evaluar las funciones cardíacas. La ecocardiografía se realizó en el preoperatorio, después de una semana, tres meses y seis meses después de la operación en ambos grupos.
Resultados: Los resultados revelaron que no existe una diferencia estadísticamente significativa entre ambos grupos en el Preoperatorio. factores de riesgo: edad, tabaquismo, DM, HTA, antecedentes familiares, dislipemia, función hepática, función renal y niveles de hemoglobina. Los valores de EuroSCORE fueron comparables entre los dos grupos. Sin embargo, hubo una diferencia estadísticamente significativa en el IM preoperatorio, ya que hubo un 78 % en el grupo II con antecedentes de IM preoperatorio en el período de 3 meses antes de la cirugía, mientras que en el grupo I hubo solo un 22 %. Además, existe una diferencia estadísticamente significativa en la calcificación de la LAD
y la gravedad del ateroma entre los dos grupos, ya que el 78 % en el grupo II frente al 22 % en el grupo I tenían una enfermedad extensa de la LAD con una mala calidad de los vasos.
Hubo una diferencia estadísticamente significativa entre ambos grupos en cuanto a la incidencia de arritmia postoperatoria y sangrado postoperatorio con valores más altos en el grupo II. Más importante aún, los resultados revelaron que hubo una diferencia estadísticamente significativa entre ambos grupos en las dimensiones de ECHO, EF y FS, que son más altas y mejores en el grupo I frente al grupo II. Además, existe una diferencia estadísticamente significativa entre ambos grupos en los valores de movimiento de la pared de ECHO en la mayoría de los segmentos, especialmente en el segmento del septum anterior apical y el ápice, que reflejan la viabilidad de estos segmentos. Estos valores de movimiento fueron mejores en el grupo I frente al grupo II, lo que indica una mejor revascularización.
Conclusión: la PCI previa tiene un impacto negativo en el resultado de la CABG posterior. Este efecto fue independiente de cualquier variable de riesgo preoperatorio. Se ha demostrado que las funciones miocárdicas estimadas por ecocardiografía medidas medidas como EDD, ESD, EF y RSWMA mejoran mejor en el grupo con CABG sin ICP previa. Por lo tanto, la decisión de utilizar intervenciones coronarias percutáneas debe sopesarse cuidadosamente frente al mayor riesgo que proporciona para la CABG posterior. Las pautas de intervención deben seguirse estrictamente, especialmente en pacientes con lesiones coronarias complejas que tienen una mayor incidencia de derivación para CABG. También recomendamos la inclusión de los procedimientos PCI
como una categoría de riesgo independiente que se agregará a los factores de riesgo ya medidos en el actual sistema EuroSCORE.