ISSN: 2327-4972
Ángel Díaz Rodríguez, Ana Beatriz De Abajo Larriba, Enrique Méndez Rodríguez, Beatriz Peleteiro Cobo, Omar Mahmoud Atoui, Rocío Álvarez López, Serafín de Abajo Olea, Jessica Capón Álvarez6 y María Jesús Álvarez López
Antecedentes y objetivos: La automedida de la presión arterial se puede asociar a un mejor control de la presión arterial. Los objetivos de este estudio fueron determinar el grado de control con dos métodos de medición (medida clínica de la presión arterial y automedida de la presión arterial) y determinar los factores asociados a un mal control.
Métodos: Estudio transversal multicéntrico aleatorizado en pacientes hipertensos diagnosticados y tratados en Atención Primaria. Los datos recolectados incluyeron: perfiles sociodemográficos, antecedentes personales, análisis de sangre estándar y medición de la presión arterial por automedición de la presión arterial y medición clínica de la presión arterial. Se incluyen objetivos de control para la automedida de la presión arterial (<135/85 mmHg) y para la medida clínica de la presión arterial (<140/90 mmHg). Los datos se expresan en porcentajes y medias con un IC del 95%.
Resultados: Se incluyeron 514 pacientes (59,3% mujeres) con una edad media de 70,84 (80,01-61,67) años y 10,37 (14,87-5,62) años de evolución de la enfermedad hipertensiva. El grado de control fue del 84,67% (83,58-85,76) con automedición de la presión arterial y del 68,54% (67,31-69,77); p<0,0001. Los pacientes controlados por automedida de la presión arterial tomaron 2,58 (1,65-3,51) frente a 2,97 (2,11-3,83) con medida clínica de la presión arterial; p<0,001. Siendo más frecuente el uso de combinaciones fijas. La obesidad, la diabetes, la hiperlipidemia, las enfermedades cardiovasculares, la gravedad de la hipertensión, el método de medición, el número de fármacos y la edad se asociaron con un peor control de la presión arterial; p<0.001.
Conclusiones: El grado de control con la automedida de la presión arterial es muy alto, en comparación con la monitorización ambulatoria, con importante significación clínica. Aunque por las características de este estudio no se puede inferir causalidad, este hallazgo refuerza las recomendaciones de las Guías de Práctica Clínica para el uso habitual de la automedida de la presión arterial en nuestra práctica diaria.