ISSN: 2155-6148
Enrico Giustiniano, Fabio Procopio, Emanuela Morenghi, Laura Rocchi, Daniele Del Fabbro, Nadia Ruggieri, Paola Cosma Zito, Matteo Donadon, Guido Torzilli and Ferdinando Raimondi
Objetivo: Investigamos retrospectivamente si las variaciones del diámetro de la vena cava inferior debido a la ventilación mecánica se correlacionan con el régimen de líquidos y el resultado de la resección hepática.
Métodos: Analizamos datos de 91 casos de resección hepática durante los cuales se midió por duplicado la colapsabilidad de la vena cava inferior, antes y después de la fase de resección de la operación (IVCI1 y IVCI2). El IVCI se calculó según la siguiente fórmula: [IVCDmax-IVCDmin]/[0,5 × (IVCDmax+IVCDmin)], donde IVCDmax y IVCDmin representan el IVCD máximo y mínimo dentro de un ciclo respiratorio. La variación del IVCI (ΔIVCI) se definió como: (IVCI antes de la resección-IVCI después de la resección)/IVCI antes de la resección. El manejo de fluidos se centró en mantener la CVP <6 mmHg durante la disección parenquimatosa en un esfuerzo por reducir el sangrado por reflujo y limitar la pérdida de sangre. Por lo tanto, la administración de fluidos incluyó un aporte de volumen de 3-5 ml/kg/h de soluciones cristaloides desde la inducción de la anestesia hasta que se concluyó la disección del parénquima. La administración de fluidos adicionales quedó a criterio del anestesiólogo. Luego buscamos cualquier correlación entre IVCI y otros parámetros hemodinámicos, la administración del régimen de líquidos y el resultado posoperatorio.
Resultados: De los 91 pacientes incluidos en el estudio, 57 (63 %) eran hombres y 34 (37 %) mujeres, con edades comprendidas entre los 34 y los 85 años (mediana de 62 años). La mediana de ASA fue de 2 (rango 1-3). El tiempo operatorio mediano fue de 374 min (rango 150-720). La operación hepática se realizó empleando la maniobra de Pringle y la mediana del tiempo de isquemia hepática total fue de 82 min (rango 9-182).
Después de finalizar la resección hepática, muchas variables diferían significativamente de los valores iniciales: IVCI de 0,26 ± 0,21 a 0,18 ± 0,16 (p<0,001); FC desde 68 ± 14 a 78 ± 13 lpm (p<0,001); CI de 2,6 ± 0,7 a 3,0 ± 0,8 L/min/m2 (p<0,001). Todos los valores de BGA cambiaron significativamente (p<0,001). La concentración de lactato sérico mostró un aumento significativo durante la disección del parénquima, pasando de 0,95 ± 0,5 a 4,1 ± 2,0 mmol/l (p<0,001). La hemoglobina sérica bajó de 11.3 ± 1,7 g/dl a 9,8 ± 1,8 g/dl (p<0,001). Por el contrario, CVP y SVV no cambiaron significativamente. Tanto IVCI1 como IVC2 mostraron una correlación débil con IC (r=-0,166 y r=-0,087), CVP (r=-0,049 y r=-0,083) y SVV (r=0,138 y r=0,121). Según el resultado postoperatorio, los pacientes se dividieron en dos grupos: Grupo 1 (complicado) y Grupo 2 (no complicado). El IVCI resultó no significativamente diferente entre dos grupos (0,12 ± 0,11 frente a 0,16 ± 0,13; p = 0,105) que eran homogéneos para el régimen global de líquidos (7,25 ± 2,63 ml/kg/h frente a 7,98 ± 2,93 ml/kg/ h;p=0,341).
Conclusiones: Aunque retrospectivamente, parece claro que, durante la resección hepática, la IVCI no es sensible a la administración de líquidos y no se correlaciona con el resultado postoperatorio.