ISSN: 1745-7580
Rosa Casas y Ramón Estruch
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que la dieta juega un papel importante en la prevención de varias enfermedades no infecciosas. Las dietas poco saludables que incluyen un alto consumo de carne roja y procesada, dulces y postres, papas, papas fritas y granos refinados) se asocia con biomarcadores inflamatorios plasmáticos altos y un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV), diabetes tipo 2 (T2D), cáncer y otras enfermedades crónicas. Por otro lado, patrones dietéticos prudentes como la dieta mediterránea así como la ingesta de frutas, verduras, aceite de oliva virgen extra, nueces, legumbres, cereales integrales, pescado, cacao, café, té y vino se asocia con una reducción de los biomarcadores inflamatorios plasmáticos. y un menor riesgo de CVD, T2D y otras enfermedades crónicas. Con respecto a los nutrientes, la ingesta excesiva de carbohidratos, grasas saturadas, ácidos grasos trans y ácidos grasos poliinsaturados omega-6 (PUFA) puede activar el sistema inmunitario innato, lo que lleva a una producción excesiva de citoquinas proinflamatorias asociadas con una síntesis reducida de citocinas antiinflamatorias. Por otro lado, los AGPI omega-3, la vitamina E y los polifenoles podrían contrarrestar los efectos de varios marcadores inflamatorios, disminuyendo, por ejemplo, la secreción de factores circulantes y celulares implicados en el proceso aterosclerótico. Esta revisión explica cómo los patrones dietéticos, los alimentos y los nutrientes saludables pueden reducir los procesos inflamatorios crónicos relacionados con ECV, DT2, obesidad o cáncer y, por lo tanto, ser una buena herramienta para prevenir el desarrollo de estos trastornos.