Revista de Oftalmología Clínica y Experimental

Revista de Oftalmología Clínica y Experimental
Acceso abierto

ISSN: 2155-9570

abstracto

Dacrioendoscopia para la obstrucción del conducto lagrimal que se manifiesta en la infancia

Heichel J, Bredehorn-Mayr T, Stuhltraeger U y Struck HG

Propósito: Evaluar los resultados de la dacrioendoscopia como opción diagnóstica y terapéutica para la obstrucción del conducto lagrimal que se manifiesta en la infancia.
Métodos: Análisis retrospectivo, no comparativo, de 50 dacrioendoscopias realizadas en 43 ojos de 35 niños. Todos los niños han tenido cirugía lagrimal (sondaje y/o intubación) al menos dos veces antes. La edad media fue de 34,1 meses (rango, 1-104). Treinta y cinco ojos pudieron incluirse para el seguimiento, que osciló entre 3 y 61 meses (media, 25,8).
Resultados: Las indicaciones de tratamiento fueron: dacriocistitis crónica por obstrucción congénita del conducto nasolagrimal (CNLDO) (n=40) en la que tres ojos presentaban cuerpos extraños iatrogénicos, estenosis presacal (n=5), amniotocele (n =3) y fístula lagrimal (n=2). La dacrioendoscopia se realizó como intervención terapéutica (n=38) o diagnóstica (n=12). La cirugía se realizó como endoscopia primaria (n=43) o secundaria (n=7). La tasa de complicaciones fue del 2% (n=1). Siete ojos (16,3%) requirieron dacriocistorrinostomía (DCR). Tres de estos mostraron recurrencia de los síntomas, dos tenían estenosis ósea y dos ojos fueron tratados dos veces mediante una intervención endoscópica transcanalicular que mostró dacriocistitis crónica persistente. Treinta y cinco de 43 endoscopias primarias se realizaron como una intervención terapéutica. Treinta y dos de estos ojos (91,4 %) fueron tratados con éxito mediante dacrioendoscopia.
Conclusiones: La dacrioendoscopia realizada en niños ofrece opciones diagnósticas y terapéuticas adicionales. Las ventajas son el control visual con preservación de la anatomía topográfica debido a su carácter mínimamente invasivo. Nuestro análisis proporciona evidencia de que después de un fracaso inicial, una segunda intervención endoscópica tiene una probabilidad reducida de curación. Para probar esto se necesitan más datos. Realizada por cirujanos experimentados es una técnica segura.

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