ISSN: 2329-9096
Anners Lerdal, Caryl L Gay y Kathryn A Lee
Introducción: La fatiga es una queja común después de un ictus y se puede suponer que está relacionada con mayor edad Se han reportado hallazgos contradictorios sobre la relación entre la edad y la fatiga postictus en la fase de rehabilitación, pero ningún estudio ha descrito su relación en la fase aguda. El objetivo de este estudio fue explorar las relaciones entre la fatiga, la edad y otros factores sociodemográficos y clínicos durante la fase aguda posterior al accidente cerebrovascular. Métodos: La muestra incluyó a 115 pacientes (de 29 a 91 años de edad) con un accidente cerebrovascular por primera vez admitidos en dos hospitales de Noruega en 2007 y 2008. Los datos se recopilaron de registros médicos y entrevistas cara a cara dentro de las 2 semanas posteriores al ingreso hospitalario. Las medidas incluyeron la Escala de gravedad de la fatiga, la Escala de funcionamiento físico SF-36A, el Inventario de depresión de Beck-II, el Índice de Barthel y el Índice de calidad del sueño de Pittsburgh. La fatiga previa al ictus se definió como fatiga que dura más de tres meses antes del ictus. Los análisis incluyeron comparaciones de grupos de edad y regresión lineal jerárquica. Resultados: la relación entre la edad y la fatiga fue débil y en forma de U en lugar de lineal, y los grupos más jóvenes (<60 años) y mayores (>75 años) informaron niveles más altos de fatiga posterior al accidente cerebrovascular. El efecto de la edad sobre la fatiga posterior al accidente cerebrovascular siguió siendo significativo después de controlar el género, el estado laboral, la fatiga previa al accidente cerebrovascular, el funcionamiento físico, los trastornos del sueño y la comorbilidad, pero se atenuó después de controlar los síntomas depresivos. Conclusión: Aunque la fatiga posterior al ictus en la fase aguda fue más severa entre los grupos más jóvenes y mayores, la edad solo explicó una pequeña proporción de la variabilidad de la fatiga posterior al ictus. Los factores clínicos, como la fatiga preexistente, el funcionamiento físico y, en particular, el estado de ánimo son probablemente explicaciones más importantes que la edad para la fatiga posterior al accidente cerebrovascular. Dado que la fatiga puede afectar la capacidad del paciente para participar en la rehabilitación, los médicos deben prestar atención a la fatiga y sus factores coexistentes durante la fase aguda. Se justifican las intervenciones basadas en la evidencia para controlar la fatiga posterior al accidente cerebrovascular y mejorar los resultados de la rehabilitación.