ISSN: 2167-0870
nida khan
Muchas regulaciones internacionales que rigen la investigación con sujetos humanos se han diseñado teniendo en cuenta las implicaciones de la investigación realizada por investigadores de países desarrollados en sujetos humanos que viven en países en desarrollo. No es raro que los investigadores se sientan atraídos por realizar investigaciones en el extranjero. A los científicos les gusta compartir experiencias, conocimientos y beneficios de la investigación con colegas de diferentes orígenes y, a menudo, obtienen financiación dirigida a países en desarrollo específicos. Otra razón legítima es que la enfermedad (su interés de investigación) prevalece en esa población en particular. Sin embargo, lo que es preocupante es que algunos se ven impulsados simplemente a perseguir el avance académico y obtener beneficios comerciales de una reputación internacional mejorada a expensas de la comunidad anfitriona. Esto los lleva a emprender actividades de investigación en otro país que, de otro modo, no estarían permitidas en su propio país, debido a restricciones éticas o legales. Aquí es donde surge la controversia. ¿Es ético permitir la investigación colaborativa internacional, cuya única intención es beneficiarse de un esquema regulatorio favorable en un país pobre en recursos? La respuesta a esta pregunta no es sencilla, ya que plantea un grave riesgo de explotación de la comunidad de acogida. La explotación ocurre cuando una parte recibe un nivel injusto de beneficios o una carga injusta de riesgos como resultado de la interacción con la otra parte. Los países en desarrollo tienen recursos limitados, carecen de infraestructura regulatoria y procesos de supervisión independientes. Existen limitaciones financieras además de las barreras culturales y lingüísticas, el analfabetismo y los servicios de atención médica limitados. Una preocupación ética importante es que ciertos gigantes farmacéuticos multinacionales, cuando se enfrentan a un fármaco prohibido, utilizan países del tercer mundo como vertedero para redimir sus beneficios. Es lamentable que a pesar de las serias advertencias para la salud y/o los efectos inciertos a largo plazo; estos medicamentos siguen distribuyéndose ampliamente en los países en desarrollo.