ISSN: 2329-6488
Jeff Peterson, Aimee Hicks, Dustin Reed
Los consejeros de salud mental enfrentan mayores desafíos debido al impacto de la infección por SARS-CoV2 (COVID-19). Barreras, factores de riesgo y falta de recursos han afectado la profesión. Estos incluyen problemas de tecnología, acceso al equipo necesario, confidencialidad, niveles de participación debido a un entorno laxo y requisitos de informes de libertad condicional e inconsistencias entre las pautas estatales y federales. El año pasado, una gran parte del tratamiento obligatorio de sustancias se vio obligado a un formato en línea debido a los requisitos de distanciamiento social (Watkins, 2020). Las medidas federales de emergencia permitieron el asesoramiento de salud telemental sin certificación, o incluso la capacitación necesaria (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias [FEMA], 2020). Como resultado, muchas agencias se vieron obligadas a resolver estos desafíos por su cuenta. Frente a dilemas éticos y personal no capacitado, estas agencias continúan luchando para mantener la continuidad del tratamiento. Discutimos estrategias sobre cómo responder a estos desafíos, así como las implicaciones en la profesión de consejería.