ISSN: 2167-0870
Ismat Babiker, Mohamed K. Elnaeim, Awab K. Elnaeem
Objetivo: El objetivo de este estudio fue evaluar el conocimiento de la comunidad sudanesa sobre la necesidad de presentación de diferentes tipos de convulsiones.
Métodos: esta es una encuesta descriptiva transversal basada en Internet que se distribuyó a los participantes sudaneses a través de formularios de Google de enero a abril de 2018. La encuesta consistió en datos demográficos (edad, sexo, educación nivel), una declaración que evalúa a los participantes’ fuentes de obtención de conocimientos relacionados con la epilepsia, una declaración que evalúe el conocimiento sobre el proveedor de atención primaria apropiado para personas con epilepsia (PWE) y una declaración que describa la sintomatología de diferentes tipos de convulsiones en árabe simple, preguntando qué descripción (es) los participantes pensaron que deberían presentar a los proveedores de atención médica. Se incluyeron participantes que residían en Sudán y aquellos con educación universitaria o superior. Cuatrocientos sesenta y siete participantes completaron la encuesta.
Resultados: se incluyeron 467 participantes, de los cuales 279 (60%) eran mujeres. La edad media de los participantes fue de 28 años. Dos tercios de los participantes obtuvieron su información de fuentes no científicas. El 84% de los participantes sabía que los médicos son los principales proveedores de atención médica para las personas con epilepsia. La mayoría (92 %) de los participantes sabía que los pacientes con síntomas correspondientes a la descripción de convulsiones tónico-clónicas generalizadas debían acudir a los médicos, en comparación con dos tercios de los participantes para la descripción de convulsiones focales con conciencia retenida, y solo el 30,6 % de los participantes para la descripción de los síntomas de las crisis de ausencia.
Conclusión: Este estudio demostró poca conciencia acerca de la necesidad de presentación para crisis de ausencia y focales con conciencia retenida. Nuestra hipótesis es que esta falta de conocimiento puede contribuir a la brecha en el tratamiento de la epilepsia y recomendamos realizar más estudios para examinar esta hipótesis.