ISSN: 2161-0940
David Talbert*
Una hemorragia intraventricular (HIV) es una hemorragia en el sistema ventricular del cerebro. La mayoría de las hemorragias intraventriculares ocurren en las primeras 72 horas después del nacimiento. Se originan en una capa de tejido (Matriz Germinal), debajo del revestimiento de los ventrículos (Ependimario), mientras está en proceso de fabricar neuronas y glía. Esto normalmente ha retrocedido a término, pero aún puede estar activo en bebés prematuros. Las investigaciones patológicas han encontrado acumulaciones de sangre y plasma perivenosos que sugieren que la presión venosa cerebral excesiva ha roto los vasos, iniciando el sangrado intraventricular observado. Esto ha llevado a búsquedas infructuosas de evidencia de derivaciones A-V dentro del cerebro en desarrollo, o pérdida de autorregulación en las arteriolas, lo que produce hipertensión venosa cerebral excesiva. Un mecanismo alternativo, informado aquí, es de origen venoso en lugar de arterial; que la presión venosa alta resulta de un drenaje venoso inadecuado. Forzar el aumento del flujo cerebral a través de una vasculatura venosa inadecuada requiere aumentar la presión venosa cerebral. Esto es particularmente significativo al nacer cuando el cerebro se estimula repentinamente a una actividad generalizada que requiere un aumento del flujo sanguíneo. Esto explicaría por qué este trastorno se produce poco después del nacimiento. Sin embargo, si el aumento de la presión cerebral es insuficiente para causar daño al nacer, el bebé puede sobrevivir con una presión venosa cerebral crónicamente alta. Entonces, tensiones menores como caídas cortas, vómitos en la estenosis pilórica, tos violenta, etc., pueden proporcionar suficiente presión adicional para iniciar una hemorragia. En el embrión, el patrón de las arterias está preprogramado, pero las venas ascienden por gradientes de gas y sus patrones normales son bastante variables. La hemorragia intraventricular neonatal suele ser muy asimétrica y se describe un patrón venoso inapropiado típico. Es posible que el reconocimiento de patrones venosos inadecuados no beneficie al bebé en sí, pero puede proteger a los hermanos de la pérdida del hogar y de los padres.