ISSN: 2329-6917
Patricia Kropf, Gisoo Barnes, Boxiong Tang, Ashutosh Pathak y Jean-Pierre Issa
Los inhibidores de la tirosina quinasa (TKI) han sido extremadamente efectivos para inducir remisiones y retardar la progresión de la leucemia mieloide crónica (LMC), lo que resulta en una reducción significativa de la morbilidad y la mortalidad. La mayoría de los pacientes con leucemia mieloide crónica deben permanecer con los inhibidores de la tirosina quinasa indefinidamente y muchos experimentan resistencia o intolerancia a los inhibidores de la tirosina quinasa que requieren un cambio a un inhibidor de la tirosina quinasa de segunda o tercera línea o más. El propósito de la revisión actual es examinar los factores subyacentes y las cargas económicas y de calidad de vida subsiguientes asociadas con el fracaso de los inhibidores de la tirosina quinasa. Discutimos las definiciones y las tasas de fracaso de TKI en la LMC y el grado en que las mutaciones y la falta de adherencia están asociadas con el fracaso de TKI. También revisamos los pocos estudios que han examinado los resultados económicos y de los pacientes asociados con la falla de TKI y sugerimos vías para futuras investigaciones que examinen las consecuencias de la falla de TKI.