ISSN: 2456-3102
Somit Dutta1, Arnab Sen2 y Tapas Kumar Chaudhuri3
El progreso en la industrialización ha bendecido a la humanidad con una tecnología superior estilo de vida, pero la mala gestión de los residuos industriales ha envenenado a su vez a la naturaleza. Uno de estos productos químicos es el tetracloruro de carbono (CCl4), que es una potente toxina ambiental emitida por las industrias químicas y su presencia en la atmósfera está aumentando a un ritmo alarmante. Se informa que la presencia de CCl4 en el cuerpo humano causa daño hepático a través de procesos inflamatorios mediados por radicales libres. Las células de Kupffer presentes en el hígado son potencialmente más sensibles al estrés oxidativo que los hepatocitos.