Pediatría y Terapéutica

Pediatría y Terapéutica
Acceso abierto

ISSN: 2161-0665

abstracto

Evaluación del manejo no quirúrgico del traumatismo pancreático cerrado en niños: un estudio de 40 casos

Armande Subayi Nkembi

Introducción: El traumatismo pancreático cerrado (TBP) en niños es poco común pero tiene una alta morbilidad. El manejo no operatorio (NOM) sigue siendo muy controvertido. Este estudio tuvo como objetivo evaluar la eficacia de la NOM y describir la morbilidad asociada a ella.

Métodos: analizamos retrospectivamente los registros de 40 niños consecutivos hospitalizados en el Hospital Universitario de Lille por BPT tratados de forma conservadora desde 1997 hasta 2017. El uso de cirugía durante el tratamiento y el descubrimiento de anomalías morfológicas pancreáticas después del trauma se consideraron casos de fracaso de NOM .

Resultados: las lesiones pancreáticas fueron de grado I (n=15), grado II (n=5), grado III (n=19) y grado IV (n=1). La mediana de la duración total de la estancia (LOS) fue de 28,0 días [4,0 a 106,0] y la mediana del tiempo hasta la realimentación después del trauma fue de 11,5 días [2,0 a 98,0]. Las principales complicaciones a corto plazo incluyeron la introducción de la nutrición parenteral durante un período medio de 21,5 días [5,0 a 102,0] (n=30) y la aparición de seudoquistes pancreáticos (n=18). Los pseudoquistes se asociaron con una mayor morbilidad en cuanto a la LOS, el tiempo de realimentación, la introducción de la nutrición parenteral y su duración. Sin embargo, recibieron tratamiento conservador de primera línea en el 80 % de los casos, mediante conducta expectante (n=4), drenaje percutáneo (n=1) o drenaje endoscópico (n=10).

Solo el 15 % de los casos de NOM resultaron en fracaso, con uso de cirugía (n=4) y/o existencia de anomalías morfológicas pancreáticas después del traumatismo (n=3). Ningún paciente presentó signos clínicos de insuficiencia pancreática al final del seguimiento.

Conclusión: NOM es seguro y efectivo para todas las formas de BPT, a pesar de la alta morbilidad inicial asociada con él. Podría ser necesario un seguimiento a largo plazo para evaluar el impacto incidental en casos de anomalías morfológicas existentes más de 6 meses después del trauma.

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