ISSN: 2375-4397
Dass A, Sanju HK y Yadav AK
De la literatura anterior se observó que los hábitos de vida modernos entre los jóvenes son factores de riesgo para la pérdida auditiva. Por lo tanto, es necesario investigar el riesgo de una “pérdida auditiva inducida por el estilo de vida” entre los adultos más jóvenes. El presente estudio tuvo como objetivo investigar el riesgo de “pérdida de audición inducida por el estilo de vida” entre los adultos más jóvenes. El Cuestionario de riesgo de pérdida de audición inducida por el estilo de vida (LIHLRQ) fue desarrollado y administrado entre 412 estudiantes universitarios en el rango de edad de 17 a 25 años. Hay 28 preguntas en LIHLQ, categorizadas en menos de tres secciones, es decir, exposición al ruido (NE), creencias sobre el estilo de vida y la salud auditiva (LAHB) e historial médico relacionado con el oído (ERMH). Entre un total de 412 participantes en el presente estudio, solo el 1,21 % se encuentra en la categoría sin riesgo, mientras que el 54,61 % y el 39,56 % se encuentran en la categoría de riesgo leve y moderado, respectivamente. El porcentaje de población en situación de alto riesgo fue del 4,61%. La prueba de Kruskal Wallis reveló una diferencia significativa entre los grupos (p<0,05). La correlación de Spearman reveló una fuerte correlación significativa entre NE y LABH. Del mismo modo, se observa una fuerte correlación significativa entre LABH y ERMH. Los resultados del presente estudio revelaron una diferencia significativa entre los cuatro grupos con respecto a la puntuación LIHQ. Se puede concluir a partir de los resultados que el aumento de las puntuaciones en las subcategorías (es decir, NE, LABH y ERM) corresponde al cambio significativo hacia arriba en el riesgo de pérdida auditiva. El hallazgo del presente estudio mostró una necesidad urgente de educar a los adultos jóvenes en riesgo de pérdida auditiva. El resultado del presente estudio mostró que la mayoría de los participantes corrían riesgo de pérdida auditiva.