ISSN: 2165-7548
María Dixon
La disección aórtica aguda es una emergencia vascular potencialmente letal que implica el desarrollo rápido de un canal de sangre falso dentro de la media de la aorta. Si no se trata, aproximadamente el 50 % de los pacientes mueren en las primeras 48 horas y la tasa de mortalidad aumenta entre un 1 % y un 3 % por hora [1,2]. A pesar de los avances recientes en los métodos de diagnóstico, el diagnóstico erróneo se produce en el 25%-50% de los pacientes en la evaluación inicial con síntomas similares a los de un infarto agudo de miocardio y otros trastornos cardiovasculares [3-5]. Para complicar aún más un diagnóstico preciso, las disecciones de la aorta ascendente pueden afectar las arterias coronaria y carótida, lo que provoca un infarto de miocardio y un accidente cerebrovascular. Con un diagnóstico y tratamiento oportunos, la supervivencia al año ha ido mejorando constantemente y se ha informado que llega al 90% [6]. Por lo tanto, el diagnóstico oportuno y el manejo rápido de este trastorno es imperativo en el ámbito prehospitalario y en el Departamento de Emergencias. Es fundamental que los paramédicos, los médicos de urgencias y las enfermeras mantengan una sospecha clínica adecuada de disección aórtica en pacientes que presentan dolor repentino en el pecho, la espalda o el abdomen y pulsos y presiones arteriales asimétricos.