ISSN: 0976-4860
samantha williams
La disposición espacial de las fibras de colágeno se ha empleado como biomarcador para medir el daño y la progresión de la enfermedad. Cuantificar esta organización para sistemas complejos, por otro lado, es difícil. El colágeno es la principal proteína estructural del tejido conjuntivo y de la matriz extracelular. La organización de las fibras de colágeno podría emplearse como biomarcador para detectar anomalías estructurales, diagnóstico y progresión de enfermedades, envejecimiento, desarrollo de tejidos y lesiones. Cuando el colágeno fibrilar interactúa con la luz, su estructura molecular no centrosimétrica provoca una respuesta óptica no lineal en la que dos fotones de entrada generan un fotón de salida con el doble de frecuencia, un proceso conocido como generación de segundo armónico (SHG). La microscopía SHG puede producir imágenes de alto contraste de fibras colágenas sin necesidad de colorante exógeno. Se han utilizado varios enfoques cuantitativos de imágenes SHG para ayudar a los investigadores a comprender mejor cómo la microestructura del colágeno afecta la función biológica. Se han utilizado técnicas de análisis de textura para caracterizar objetivamente imágenes SHG de tejidos pancreáticos humanos normales y malignos, por ejemplo. También se han empleado transformadas de curvilínea, de ondícula y de Fourier para medir las características morfológicas de las fibras de colágeno. En el último escenario, como en el caso de los tejidos de los tendones, se utilizó el análisis de imágenes de Fourier Transform-Second Harmonic Generation (FT-SHG) para evaluar la orientación y la dispersión espacial de las fibras de colágeno organizadas uniformemente.