ISSN: 2572-4916
Richard Visconti, Timothy Iversen, Jessica Cottrell
Los huesos humanos se forman a través de la osificación intramembranosa y endocondral, seguida de un período de crecimiento aposicional. La homeostasis esquelética del tejido óseo esponjoso/trabecular y cortical se mantiene a través de un proceso biológico de por vida conocido como remodelación ósea. La remodelación ósea es la función equilibrada e integrada de la señalización de los osteocitos, la formación ósea de los osteoblastos y la resorción ósea de los osteoclastos. En esta revisión, se revisan los factores autocrinos y paracrinos que controlan la tasa de síntesis y reabsorción ósea, ya que se atribuyen a la diferenciación, localización y función de las células osteogénicas. Estos factores dirigen la transición entre cada fase del proceso de remodelación: activación, reabsorción, reversión, formación y mineralización. Las cinco principales vías de señalización intracelular que regulan la expresión de genes osteogénicos, la función celular, la localización y la supervivencia incluyen: Wnt/βcatenina, factor de crecimiento transformante-β, proteína morfogenética ósea, metabolismo del ácido araquidónico/síntesis de prostaglandinas y receptor activador de núcleo. factor κ B también se discuten. Varias enfermedades están asociadas con la remodelación ósea desregulada y la señalización aberrante en las células osteogénicas. Algunas mutaciones genéticas hereditarias y adquiridas dan como resultado enfermedades esqueléticas, como displasia craneometafisaria, osteogénesis imperfecta, osteopetrosis y mieloma óseo. Otros trastornos esqueléticos se atribuyen a desequilibrios hormonales inducidos endógenos y exógenos, como la osteoporosis posmenopáusica o el uso de esteroides glucocorticoides, o desequilibrios de citoquinas que exacerban enfermedades inflamatorias, como la artritis reumatoide. También se examina el papel que la reabsorción excesiva y la formación ósea inadecuada tienen en estas enfermedades que pueden resultar en una disminución general de la integridad del tejido esquelético, dolor crónico, fracturas óseas patológicas y mortalidad.