ISSN: 2157-7595
Amritanshuram R, Nagendra HR, Shastry ASN, Raghuram NV y Nagarathna R
Antecedentes: Se han publicado varios modelos psicooncológicos de cáncer. Se ha descubierto que el módulo integrado de yoga es eficaz como complemento del tratamiento convencional del cáncer a través de estudios de control aleatorizados. Objetivos: Desarrollar un modelo de la etiopatogenia del cáncer según los textos antiguos de yoga. Métodos: Este proceso tuvo cuatro fases: 1) Revisión de textos científicos modernos y originales que datan de hace 5000 años, 2) Discusiones de Grupo Focalizado (8 integrantes) para desarrollar el modelo, 3) elaboración del módulo con base en el modelo propuesto y 4 ) pruebas de campo de módulos de yoga para pacientes con cáncer. Resultados: Los textos de yoga proponen que el cáncer es una homeostasis perturbada (un desequilibrio) basada en la mente. El reciclaje persistente, descontrolado y rápido de pensamientos en la mente debido a un conocimiento erróneo sobre la fuente de la felicidad es el origen. Esto activa la liberación inútil de energía vital (prana), que a su debido tiempo se expresa en el cuerpo físico como un desequilibrio habitual que da como resultado una actividad a nivel molecular (gen) descontrolada. Esta ‘violencia local’, avanza activando las reacciones químicas, resultando en inflamación o mitosis descontrolada. El objetivo de la terapia de yoga es "el dominio sobre los procesos químicos internos a través de la atención plena y el descanso alerta para reducir la violencia interna". Los módulos de yoga se desarrollaron sobre la base de esta comprensión de la etiología del cáncer. La revisión de la literatura y las discusiones grupales que también contribuyeron a estos módulos ayudaron a mantener el enfoque en la relevancia bíblica y la viabilidad clínica. Estos módulos se utilizaron en pacientes con cáncer de mama en estadio 2 y 3 en estudios controlados aleatorios entre 2003 y 2008. Los resultados de estos estudios señalaron los efectos beneficiosos del yoga en comparación con el tratamiento convencional. Durante la cirugía, IAYT redujo la estancia hospitalaria, la cicatrización de heridas fue más rápida y la retención de drenaje fue menor; durante la quimioterapia, la práctica de yoga demostró menor intensidad y frecuencia de náuseas, ansiedad, depresión, mejor estado inmunológico y calidad de vida; la práctica de yoga durante la radioterapia produjo menos efectos secundarios, menos niveles de estrés, mejor ritmo de cortisol, sueño. Durante y después del período de tratamiento, los pacientes indicaron una mejor calidad de vida. Los estudios controlados en pacientes con cáncer de mama proporcionaron la evidencia científica de que estos módulos son efectivos en entornos clínicos. Conclusión: este modelo funcional basado en el yoga ha incorporado los aspectos sutiles de la mente (prana, mente y el yo) en el modelo psico-neuro-inmunológico del cáncer. La evidencia sugiere que las técnicas de yoga que se basan en los modelos son eficaces en el tratamiento del cáncer de mama. Son necesarios estudios de mecanismos y un diálogo intenso para consolidar estos conceptos.