ISSN: 2684-1258
Samuel G. Eaddy, MS
El dismorfismo sacro (SD) es una anomalía congénita que se encuentra en hasta el 54 % de la población. Esto incluye anomalías dentro de la articulación lumbosacra y sus estructuras circundantes, lo que presenta un mayor riesgo en la reparación quirúrgica de las lesiones del anillo pélvico posterior. La fijación con tornillos iliosacros y transsacros está muy influenciada por estas variaciones anatómicas, lo que altera la planificación quirúrgica. Se realizó una revisión sistemática con los siguientes objetivos: determinar la prevalencia global de MS; resumir las implicaciones de sus anomalías en cirugía; y describir las zonas seguras alteradas que pueden estar disponibles para los cirujanos ortopédicos. Los criterios de inclusión incluyeron estudios que informaron la prevalencia estadística de SD y sus características asociadas. Los datos recopilados incluyeron datos demográficos de los pacientes, prevalencia de SD, cuantificación o clasificación de la anatomía dismórfica y complicaciones posoperatorias. Nuestro análisis demostró una prevalencia del 23 % entre 1983 pieles en 11 estudios. Entre los siete criterios dismórficos conocidos, solo tres se han considerado significativos en la evaluación de la colocación de tornillos. Aproximadamente el 95 % de los sacros dismórficos pueden aceptar un tornillo transilíaco transsacro S2 en comparación con el 50 % de los equivalentes normales. Evidencia adicional sugiere vías de fijación viables en S3 dismórfico. Estos resultados llevaron a la conclusión de que la SD es una condición relativamente común que parece presentarse en un espectro de severidad, sin embargo, la variabilidad en la anatomía dismórfica complica el desarrollo de una solución universal para la fijación biomecánica. El protocolo estándar sugiere la fijación de los sacros dismórficos en S2 cuando S1 no es viable, ya que se ha descubierto que los segmentos sacros inferiores brindan una mayor oportunidad en esta población de pacientes.